El perdón es injusto
El perdón es injusto. El perdón es injusto cuando el daño ha sido doloroso y la herida profunda.¹ El perdón es injusto cuando se le debe dar a una persona que no ha sentido, en lo más mínimo, conciencia de un malhecho hacia nosotros. El perdón es injusto porque merecen saber que nos hicieron daño. Y darlo, es seguirle dando cosas buenas a quién nos hirió. El perdón es injusto porque este daño no lo merecíamos, siempre dimos lo mejor y sin embargo, quien recibió lo bueno, lo desdeñó. Pero... El perdón es injusto, a su vez, cuando nos negamos la posibilidad de soltar ese yunque emocional; ese peso interior que solo el propio ser lo reconoce y sabe del sufrimiento. El perdón es injusto, al perder la paz, por seguir pensando en quién solo merece nuestro olvido². El perdón es injusto, no por darlo a quién no lo merece; el perdón es injusto cuando resultamos ser los más afectados por seguir insistiendo en el daño que nos hicieron. El perdón es injusto, de la misma forma que la falta. A v