Mujeres, pobreza y política colombiana
La generación de mi mamá se asusta por muchas de las consideraciones sociopolíticas que tiene mi generación. Pero, ¿No les llama la atención que la mayoría de jóvenes en la actualidad sientan un amor por el cambio y sus preocupaciones, también sean preocupaciones ajenas y no solo las personales? Recuerdo aquel versículo del apóstol Pablo que se refería al cambio de entendimiento que se debe tener respecto de los siglos porque más allá de usarlo para repensar la política y la actual coyuntura del país, es obvio que nuestra sociedad se "actualiza" y se "modifica" con el paso de los años. ¿Acaso los carros de la revolución industrial son los mismos que los contemporáneos? Al respecto: "Y no vivan ya como vive todo el mundo. Al contrario, cambien de manera de ser y de pensar. Así podrán saber qué es lo que Dios quiere, es decir, todo lo que es bueno, agradable y perfecto." (Reina Valera, 1969, Romanos 12:3).
Con claridad, no estoy usando el versículo para justificar vicios sino para precisar en la importancia de actualizar el pensamiento. Entonces, la generación de mi madre (1966-actualmente) ve cosas que socialmente no estaban en su generación. Recordemos que apenas son 65 años del voto femenino en Colombia. Es decir, mi mamá nació con ese derecho y yo también, mis abuelas no. En ese sentido, problematizar la política también es un progreso de la sociedad. Cuestionar quiénes están en el poder o quiénes estarán, es un progreso. Así que partiendo de la renovación política que debe hacerse, lo patrones deben romperse en todo sentido. Por ello, todo el pueblo debe hacer parte de este cambio y su opinión, desde la diversidad del pueblo colombiano, cuenta.
Ahora bien, el cambio en Colombia debe considerar varios aspectos y el conflicto armado es uno de ellos. ¿Quién ha sostenido este conflicto durante los años en Colombia? ¿Cuáles son los verdaderos protagonistas del conflicto armado? ¿Cuál ha sido el papel del Estado ante el conflicto del narcotráfico? ¿Podríamos, como menciona Schopenhauer (1984) en fragmentos sobre la historia de la filosofía contemplar la historia con nuestros propios ojos? ¿El pueblo colombiano puede abrir los ojos y analizar el daño que tanto guerrilleros como paramilitares le han hecho al país? De eso se trata: nuestra generación citadina no ha tenido que vivir el horror (algunos, no todos), del conflicto armado en el campo. Al parecer, la conciencia colombiana solo tiene un papel importante para la ciudad y el campo es olvidado.
Esta lucha solo ha desencadenado guerras, desigualdad y odio en Colombia; quien no lo sepa es porque solo ha elegido un lado de la historia. Pero, ¿Qué podríamos decirle a las madres de Soacha? ¿O al campesino que fue desplazado por exploración de hidrocarburos o minería ilegal? ¿O al pueblo indígena que ha sido satanizado y ultrajado? ¿O a los afrodescendientes que han querido abrirse paso profesional y no son aceptados por su color de piel? Todas estas cuestiones y más, deben ser consideradas en la renovación del pensamiento político de Colombia. Sobre la memoria del país, para quiénes estén interesados en conocer su historia, Colombia dispone de un centro de memoria histórica que se ha encargado de llevar algunos acontecimientos importantes sobre la historia del país, aquí pueden ingresar a un largo contenido histórico de Colombia. Informe nacional de desplazamiento forzado en Colombia
Igualmente, las cifras de pobreza deben alarmarnos. ¿Nunca se han preguntado cuáles pueden ser los antecedentes de esta? Exacto, la guerra que se menciona es una de esas causas. Por ello, la paz debe estar al orden del día en una política para los colombianos. De la misma forma en que otros derechos deben ser considerados para hacer país. La violencia no ha sido la respuesta, eso ha quedado claro en los últimos 50 años. ¿Entonces no es necesario actualizar el pensamiento político? Por supuesto que lo es, la población colombiana debe dejar de pensar que Colombia como país es solo el centro del país. Precisamente, si no se mira hacia los bordes, la pobreza será solo un mito y como no se ve, no es cierta. Por eso tampoco ven la realidad del conflicto armado. ¿Y cómo la van a ver, si solo van al mar de paseo?
Por otro lado, retomando el corto tiempo de aprobación del sufragio (voto) femenino en Colombia, las mujeres tienen un papel en la política colombiana. Hace apenas 65 años en Colombia la mujer logró su participación en las elecciones pero a la población colombiana le parece que fue hace mucho.
De hecho, que hayan pocas mujeres participantes de este escenario político es un ejemplo; para las mujeres esto es "nuevo". Así que las mujeres sí tienen derecho a opinar y considerar quién las representa en estos espacios, de la misma forma que el campesinado, el pueblo indígena, el cristiano, el católico, etc. Aquí, se suma a la lista otra recomendación en la renovación política: las mujeres cuentan.
Por ello, que las mujeres tengan derecho al voto, no quiere decir que ya todo está resuelto porque también importan las opiniones que se tengan de la mujer y cuál va a ser el rol de la mujer para el Estado, en el escenario político. De tal modo, si el pueblo colombiano califica al pobre como alguien que "es pobre porque quiere" también podrán decir "la mujer no está en el poder porque no quiere".
Así, la desigualdad, pese a que sea un tema de perfumerías (siguiendo a Rita Segato respecto de la secularización de la igualdad), porque todo el mundo habla de eso, no puede ser reducida a una cuestión de culpas o victimización, adjudicándole a la desigualdad un lugar que libremente se eligió por una falta de esfuerzo que debe hacerse y que solo así puede hacerse.
Hasta aquí, ya van más de dos consideraciones sociales y políticas para precisamente eso: actualizar el pensamiento político. Hasta aquí ya basta para realizar una corta reflexión sobre: ¿Cuál debería ser la verdadera transformación del pensamiento político Colombiano?
Referencias bibliográficas:
- Traducción al lenguaje actual (s.f) https://www.biblegateway.com/passage/?search=Romanos%2012%3A1-3&version=TLA
- Schopenhauer, A. (1984). Fragmentos sobre la historia de la filosofía. (Romano, V., Trad.) Altamira SA.
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