La educación y la vindicación de un sexo
La educación de las mujeres ha sido atendida últimamente más que en el pasado. Aún así, todavía se las considera un sexo frívolo y los escritores que tratan de mejorarlas mediante la sátira o la instrucción las ridiculizan o se apiadan de ellas. Se reconoce que emplean muchos de los primeros años de sus vidas en adquirir talentos básicos, mientras se sacrifica la fortaleza del cuerpo y el alma a las nociones libertinas de belleza, al deseo de establecerse mediante el matrimonio - única forma en que las mujeres pueden progresar en el mundo-. (p.28)
De tal forma, la educación de las mujeres se redujo, durante muchos años, a la preparación e instrucción del cuidado de su hogar y su matrimonio, reduciéndolas a ser un mero objeto de acompañamiento que debía estar dotada de belleza y buenas prácticas del cuidado. ¿Ellas decidieron serlo o esto fue impuesto, de manera inconciente, por toda la sociedad replicante de patrones y conductas? Luego afirma duramente:
Al pretender formarlas sin cultivar sus entendimientos son apartadas de la esfera de sus deberes y convertidas en ridículas e inútiles cuando finaliza el breve florecimiento de la belleza, supongo que los hombres racionales me excusarán por intentar persuadirlas para que se conviertan en más masculinas y respetables. (Wollstonecraft, 2020, p.29)
Entonces, el entendimiento solamente estaba permitido para los hombres, quienes desde la educación, cultivaban su entendimiento; las mujeres, por otro lado, se convertirían en masculinas - o percibidas como tal, en el caso de ser aceptadas en los espacios académicos -. Es decir, ¿Se dejaba de ser mujer por querer cultivar el entendimiento a través de la educación? En respuesta:
¡De qué modo tan grosero nos insultan quienes así nos acosejan hacer de nosotras sólo animales gentiles y domésticos!. (Wollstonecraft, 2020, p.32)
Volviendo a Rousseau, todas las indicaciones dispuestas para formar al Emilio, son una zona infranqueable que excluye a las mujeres y que si son consideradas, solamente precisa en características que el Emilio debe considerar - o el padre del Emilio - para escoger una buena madre o una nodriza que cuide del Emilio.
Empiezan las necesidades al mismo tiempo que la vida. El recién nacido necesita una nodriza. Bien está; si se presta la madre a cumplir con esta obligación, SE LE DARÁ POR ESCRITO INSTRUCCIONES, utilidad que tiene el inconveniente de dejar al ayo más distante de su alumno. (Rousseau, 2000, p.38)
Es decir, Rousseau aconseja a su alumno y le indica sobre cómo la madre debe criar a su hijo. Exacto, hasta en eso la mujer no tenía libertad.
La leche nueva es toda serosa, y debe ser casi aperitiva para purgar las reliquias del alhorre que queda espesado en los intestinos del recién nacido. Poco a poco toma la leche consistencia y ofrece un alimento más sólido al niño... (Rousseau, 2000, p.38)
El anterior fragmento es tan solo una parte de casi todo un apartado que Rousseau realiza para indicarle al Emilio sobre lo que se debe considerar si este llegase a tener un hijo. O sea, el control que Rousseau le transfiere al Emilio, también recae sobre el cuerpo de la mujer al darle órdenes. Pero, respecto de la libertad del hombre, Rousseau afirma:
Preparad de antemano el reinado de su libertad y el uso de sus fuerzas, dejando el hábito natural a su cuerpo, y poniéndole en el estado de ser siempre dueño de sí propio y hacer en todo su voluntad así que la tenga. (Rousseau, 2000, p.49)
Por otro lado, desde la crítica Wollstonecraftiana, la posibilidad de la libertad y el desarrollo de su entendimiento debe ser extendida hacia las mujeres también. Esto es, las mujeres también pueden acceder al conocimiento sin necesidad de privilegiar el acceso a este para un solo género sino que las mujeres, a su vez, también puedan ser vistas con virtud desde la educación y la igualdad. Es preciso citar:
Sin embargo, el regio homenaje que reciben es tan embriagador que, mientras las costumbres de la época no cambien y se formen sobre principios más razonables, puede que sea imposible convencerlas de que el poder ilegítimo que obtienen (los hombres) al degradarse a sí mismas resulta una maldición y de que deben regresar a la naturaleza y a la IGUALDAD si desean preservar la satisfacción plácida que transmiten los afectos sencillos. (Wollstonecraft, 2020, p.35)
Las palabras en negrita son precisas: las costumbres de la época debían cambiar y fundamentarse sobre bases más razonables, considerando la igualdad que las mujeres evidentemente tenían. La crítica de Wollstonecraft expone un contexto social impregnado de restricción para las mujeres y de injusticias en general. El no acceder a la educación, la adjudicación de roles y el control y dominio evidente que tenían sobre la libertad de las mujeres, no es algo que simplemente se puede evitar en la enseñanza de la historia en un salón de clases.
Evitar el acercamiento al conocimiento de los diferentes contextos sociales históricos por parte de los estudiantes, de manera conciente y por decisión propia - siendo docente, padre, madre o cualquier otro tipo de filiación o amistad - , es un acto que hará de esa persona un ser lleno de prejuicios y de inconmensurable ineptitud.
Razón tuvo Wollstoncraft al afirmar que: "Los hombres y las mujeres deben educarse, en gran medida, a través de las opiniones y costumbres de la sociedad en la que viven" (Wollstoncraft, 2020,p.34)., puesto que solo así, sin esconder partes de la historia, la sociedad se construye de manera igualitaria y justa.
La figura del filósofe como inocente de su contexto es interesante. Permite resolver la tensión permanente en el escrito entre condiciones históricas irrebasables para la comprensión de fenómenos culturales cómo la educación y la pretensión de una visión crítica sobre los hechos históricos. Interesante ejercicio de reflexión.
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