Soles y angustias

La marea pensadora me ha intentado hundir varias veces hoy. 

El viento la empuja y la lleva hasta donde estoy.

Huyo y escapo pero sabe que tengo pocas fuerzas,

por eso se va y regresa. 

Me quiere consumir.


Me pesa la existencia pero no me atrevo a renunciar.

Las desdichas no toman otro camino y logran alcanzarme

mientras agonizo con los recuerdos.


El sol salió y me arropó con su brillantez

pero yo lo odio

y él no lo sabe porque lo intenta. 

Cálida alegoría del amor no correspondido:

se intenta lo que se puede, hasta que el amado

reacio, 

abandona la órbita.

Injusto a veces, 

pobre sol. 


Los maullidos de los gatos me atraviesan el corazón

tienen hambre y se marchan del lugar. 

Si fuera de pan, me comerían

parece que hoy todo quiere acabar conmigo. 


No hay un vuelco alentador durante esta espera nocturna,

la mañana se acerca y yo desaparezco en un aguacero turbulento que proviene de mi corazón.

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