Caballo de Troya
Bajo el rayo del sol imponente hay algo mayor que me agobia y me quema. Son estas palabras huérfanas buscando por dónde salir y no las vas a recibir [de mí]. La mañana te recuerda y yo, entre la brisa, aún anhelo tu aliento y tu presencia... [que se desvanece]. Derribaste muros altos que la reina un día construyó. La estrategia que emprendiste me atrapó y como en un caballo de Troya, burlaste todas las fortalezas y corazas. No sabía que sería, para mi reino, una nueva desolación. Afilaste tu espada, mientras yo me desarmaba. Preparabas tu huida, mientras yo permanecía. Tengo que levantar muros más altos y evitar, a toda costa, la benevolencia de mi corazón [herido].